viernes, 13 de octubre de 2017

Desde la cáscara de nuez


Carlos Rosales. Maneras de perder el tiempo. 2017.
Mientras terminaba de leer la excelente última novela de Ian McEwan (Cáscara de nuez. Anagrama, 2017), un thriller negrísimo narrado desde el inaudito punto de vista de un hipersensible nasciturus,  me he enterado del premio que ha recibido el artista Carlos Rosales por su obra Maneras de perder el tiempo, hermosa metáfora sobre la vida que inexorablemente se nos va mientras tratamos de hacer de ella algo digno de ser vivido.


Alberto Durero. Estudio de hierbas. Acuarela y guache sobre papel. 41 x 32 cm. 1503.
Esto es algo de lo que cuenta el omnisciente protagonista de la novela:

(...) "Algunos artistas del grabado o de la pintura florecen, como los futuros bebés, en espacios reducidos. Sus restringidos temas pueden confundir o decepcionar. El cortejo entre aristócratas del siglo XVIII, la vida en el mar, conejos que hablan, liebres esculpidas, óleos de personas obesas, retratos de perros, de caballos, de aristócratas, desnudos yacentes, millones de natividades, de crucifixiones, de asunciones, de fruteros, jarrones de flores. Y pan y queso holandeses con o sin un cuchillo al lado. 
Rembrandt. Pequeña concha. Conus marmoreus. 1650.
Algunos escriben simplemente de sí mismos. También en la ciencia hay quien dedica su vida a un caracol albanés y quien a un virus. Darwin consagró ocho años a los percebes. Y en la madurez, a las lombrices. Miles de científicos estudiaron durante toda su vida el bosón de Higgs, una cosa diminuta, quizá ni siquiera una cosa. Estar encerrado en una cáscara de nuez, ver el mundo en cinco centímetros de marfil, en un grano de arena. ¿Por qué no, si toda la literatura, todo el arte, todo el esfuerzo humano, no es más que una mota en el universo de las cosas posibles? E incluso este universo puede ser una mota en una multitud de universos reales y posibles.(...)
Yves Berger De la huerta al jardín.
En esta selecta estirpe de inagotables buscadores en los misterios de la vida hemos visto siempre a Carlos Rosales, tratando de entender y ordenar su mundo para después mejor contarlo, y por eso nos gusta tanto que se reconozca su formidable trabajo. 
Carlos Rosales. Almendro doméstico. 2015.

Felicidades.
Carlos Rosales. Pensamiento. 2015.


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