miércoles, 14 de octubre de 2015

Un “juglar de Dios” en Conques

F.G. Tímpano de la Abadía de Sainte-Foy, de Conques. 09.2015.
 Por si no lo hubiera dejado suficientemente claro el maestro que esculpió en el siglo XII el tímpano del Juicio Final en la fachada occidental de la iglesia de Sainte-Foy de Conques, cada noche a las nueve comparece el abad de la pequeña congregación monacal ante los peregrinos y viajeros recogidos frente a la profunda arquivolta y, aprovechando su privilegiada acústica, cuenta otra vez y subraya, con toda la gracia y los abundantes recursos de un “juglar de Dios”, una larga historia que sigue en lo esencial el guión escrito por el evangelista Mateo, al que se añadieron en su momento los personajes relacionados con la construcción del monumento. (El oficiante aporta de su propia cosecha unas cuantas “morcillas” coyunturales y varios rasgos de “orgullo comunitario” para resaltar la importancia –secular y espiritual- de la Abadía a lo largo de la historia.)
El Abad durante la abducción de la feligresía. Conques. 09.2015.

Abadía de Sainte-Foy de Conques (Francia).
El Abad explica el tímpano del pórtico. 09.2015.
Esta superproducción románica, además de un delicado atrezzo, tiene ciento veinticuatro personajes, todos ellos con papel e importancia singular: santos, vírgenes, abades, emperadores, alegorías de los pecados capitales, ángeles, demonios, los elegidos para el Paraíso y los condenados al Infierno. Todo ello en torno a un hierático Cristo en Majestad, que preside como testigo y juez por los siglos de los siglos.
F.G. Dos peregrinos a la puerta de la Adadía de Conques. 09.2015.
La secularización y la prisa por llegar a no-se-sabe-dónde ha traído consigo que la belleza de esa Biblia pétrea para iletrados deje de instruirnos hablándonos directamente (y de meternos el miedo en el cuerpo, porque desde el dintel se nos recuerda expresamente: “Pecadores: si no cambiáis vuestras costumbres, sabed que sufriréis un juicio temible”.) 
F.G. Un fragmento del tímpano de la Abadía de Conques. 09. 2015.

Por eso valoramos tanto que alguien salga de su elegida soledad para “enseñar al que no sabe” y distribuir pródigamente su caritativa hospitalidad entre los sorprendidos invitados. Sobre todo si lo hace con la inteligencia y la libertad de un nuevo Darío Fo de hábito blanco.
F.G. Uno de los "curiosos" que esperan la sentencia del juicio final en la arquivolta que enmarca el tímpano de la Abadía de Conques. 09.2015.

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