martes, 27 de mayo de 2014

En constante Renacimiento

Detalle de la exposición El Renacimiento chic. Foto de Raquel Fernández.
Con una hermosa exposición en el Museo Balenciaga, de Guetaria, ha culminado el trabajo colectivo de buena parte de la comunidad educativa de la Escuela Superior de Diseño de La Rioja a lo largo de los dos últimos cursos. 
Rueda de bicicleta, papel, cinta de algodón, plástico y cerámica.
Foto de Raquel Fernández.
A partir de la selección y análisis de la "moda pintada"  reflejada en los retratos del Renacimiento, se procedió a diseñar vestimentas y complementos en ella inspirados, aunque realizados con materiales actuales y componiendo actitudes y situaciones contemporáneas. 
Algodón serigrafiado, cuero, papel y perlas.
Foto de Raquel Fernández.
Alumnos y profesores de las materias relacionadas con moda, fotografía, diseño gráfico, diseño de interiores e historia han demostrado con el fruto de su empeño coordinado que sigue vigente el incombustible axioma pedagógico según el cual para construir algo nuevo es conveniente partir de la sólida base del conocimiento de lo que otros hicieron antes, reivindicando el estudio de la historia como punto de partida para su superación, como palanca imprescindible para cambiar las cosas.
Detalle de la exposición. Foto de Raquel Fernández.

En una época en la que se ha banalizado hasta lo ridículo la "creación espontánea" conviene insistir en el valor de la formación y en que toda creación es fruto de la interpretación de una herencia recibida. Como señaló hace más de un siglo Eugenio D´Ors, "lo que no es tradición, es plagio", porque "sólo hay originalidad verdadera cuando se está dentro de una tradición". 
Acetato, silicona, tejido de algodón, charol, piel sintética, chapas de lata,
imperdibles, cremalleras y perlas. Foto de Raquel Fernández.

En ese sentido, resulta tan estimulante como oportuno que este excelente trabajo se haya presentado por primera vez en un museo (lugar, por definición, dedicado a la conservación, estudio y exposición de los objetos que mejor ilustran las actividades y los conocimientos humanos) y además dedicado a Balenciaga, un eximio creador que sigue marcando el camino de buena parte de la moda, un revolucionario hijo de la tradición cuyo trabajo fue la combinación perfecta del análisis pormenorizado de las obras de Zurbarán, Velázquez y Goya y del aprendizaje del corte y la confección en el taller de costura de su madre. Qué buena mezcla la de las artes con los oficios: otro viejo postulado pedagógico lamentablemente muy venido a menos. 
Detalles del traje inspirado en el Dux Leonardo Loredán, de Giovanni Bellini. Foto: F.G.
Otro acierto de definición del proyecto ha sido centrarlo en el retrato, un género que históricamente ha sido utilizado para establecer "diálogos" entre artistas de diversas épocas. Cabe recordar las constantes "visitas" y homenajes de los grandes pintores y fotógrafos de los últimos cien años (desde Picasso a Mapplethorpe) al imaginario clásico.
Ana Magaña como Leonor de Toledo, de Bronzino.
Foto de Raquel Fernández.
En lo relativo a los "oficios" puestos en práctica para la exposición, resulta plenamente acorde con las estrategias creativas del arte actual todo el trabajo de construcción de trajes, adornos y objetos para luego ser fotografiados y presentados como obra final, recurriendo a materiales de desecho descontextualizados, pasados por el filtro de la ironía. 
Detalle de la exposición. Vestimentas. Foto de Raquel Fernández.
En definitiva, un bello fruto de la educación pública, de profesores volcados en un trabajo socialmente útil y de alumnos que encuentran un medio estimulante y solvente en el que desarrollar sus cualidades e intereses. Una apuesta por el futuro que merece ser ganadora.
Detalle del montaje, diseñado por Javier Dulín. Foto: F.G.


(Publicado en Rioja2. 30.05.14)

No hay comentarios:

Publicar un comentario