miércoles, 5 de febrero de 2014

Los motores del recuerdo



Joan Colom. F.C. Cirés Mambo. 1960.
Estamos ante un hermoso documento de lo que podríamos llamar "integración por el hambre", práctica social que lo iguala todo por abajo. Un equipo de hijos de perdedores, nacidos para luchar -irremediablemente- y, con toda probabilidad, para seguir perdiendo. Todo un surtido de miradas, desde la desafiante hasta la torva, pasando por la huidiza ("aullidiza" diría un conocido riojalteño: un acierto verbal que viene a señalar que el que huye lo hace aullando) y la confiada, la altiva, la dulce y la esquiva. Un fugaz momento de felicidad y camaradería, un armisticio a la espera del maltrato cotidiano, a veces en forma de golpes o más a menudo por simple carencia de lo necesario a través de afecto, atención o cobijo. Aquí están los de casa y los venidos de fuera, todos iguales (salvo los dueños de la pelota, que pueden decidir en cualquier momento que de repente se acaban concordia y paraíso), sin hechos diferenciales, todos unidos por la pobreza, la alegría y la necesidad.

Joan Colom fotografiado por Ignasi Marroyo. 1961.
El fotógrafo es Joan Colom, que logra, como siempre, su pretensión de ser "una especie de notario de la realidad", aunque, a menudo, se le podría considerar un agente judicial que levanta acta de los ultrajes de la vida. En esta ocasión no tuvo que disparar "al descuido", como solía hacer cuando radiografiaba el mundo de la prostitución en El Raval. Aquí, los muchachos del Cirés Mambo miran al objetivo de frente (aunque no todos), agradeciendo la mínima atención que se le presta. Una pena que no llegaran a saber que ellos, parias de la tierra, famélica legión, eran mucho más que un club y que estaban emplazados, antes o después, a grandes confrontaciones. 

Joan Colom fotografiado por Estela de Castro en su serie Fotógrafos. Circa 2010.
En esta reciente fotografía de Estela de Castro que reconoce y homenajea al fotógrafo en su ámbito, vemos que ha seleccionado la vieja fotografía a pesar de no ser la más popular ni la más significativa dentro de su discontinua carrera. Sería curioso saber qué es lo que mueve, en estos casos, a elegir una u otra imagen. Cada uno tiene su "rosebud".










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