martes, 10 de diciembre de 2013

Ir y venir por Abbey Road

Aunque en aquellos buenos tiempos (1969) no se luchaba todavía por reescribir la historia, la guerra de egos entre los Fab Four ya estaba declarada, a veces tácitamente y otras con sonoras escaramuzas, captura de rehenes, escudos humanos, selección del repertorio y estrategias de desgaste.
El fotógrafo Iain Macmillan tuvo que dar bastantes vueltas hasta que se eligió la toma más adecuada de la sesión del 8 de agosto para el nuevo disco de The Beatles.









Sorprende tal cantidad de "tomas falsas" en un grupo que tenía un sentido natural del ritmo y una facilidad asombrosa para la melodía. El tema no era complicado pero, al contrario de lo habitual, en esta ocasión no les podía ayudar George Martin.


El resultado, tras el ímprobo esfuerzo, mereció la pena: envolvió un gran disco, fue de mucho efecto y gustó tanto que influyó en el cambio de nombre de los estudios de grabación de EMI. 
Paul McCartney volvió pasados los años (1993) acompañado de un perro (¿a marcar el viejo territorio?) para certificar que seguía vivo (y bien). Aunque ahora venía calzado y ya no fumaba.


También sirvió de modelo para las fotos de amigos y familias callejeando por cualquier ciudad. 






En todas hay un paso de cebra, un escarabajo blanco aparcado a la izquierda, un taxi negro a la derecha y una doble hilera de frondosos tilos que se pierde en el horizonte.




1 comentario:

  1. La historia oficial dice que solo se hicieron seis tomas. ¿?.

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